17 de mayo de 2007

LAS ORGANIZACIONES DESORGANIZADAS: PONGA UNA EMPRESA GRIS EN SU VIDA


A menudo me encuentro con empresas de más o menos importancia, con un volumen de facturación importante y con más de 50 trabajadores, donde después de un análisis inicial detecto que son empresas tan poco organizadas y con tan poca “calidad” que me resulta paradójico que aún sigan existiendo.
Yo siempre suelo decir que las empresas suelen ser organizaciones donde su calidad real es inversamente proporcional a la que en teoría poseen sobre el papel. Quizás este siendo excesivamente pesimista pero es una sensación que me asalta a menudo. Las razones para pensar así suele ser variadas, pero entre otras podría mencionar a aquellas empresas en donde los dirigentes o gerentes son las personas que crearon la sociedad. En este caso, si además pensamos en personas sin una adecuada formación académica, rodeados de jefecillos o directores departamentales pelotas y cobardes que se ciñen a salvarse las espaldas en vez de poner las cosas claras, pónganse a sudar. Flaco favor hacen estos gerentes en dejarse engañar. Un día será tarde y de nada le valdrán sus elogios a las ideas nefastas propuestas por el desfasado presidente de la corporación. Un gerente mediocre rodeado de personas mediocres solo podrá conseguir una empresa mediocre. Este tipo de empresas suele estar formado por empleados desmotivados, enfrentados en muchos casos, y con personajes grises que cumplen sus horas laborales (pensando en el fin de semana o en su jubilación), pero no con sus tareas y objetivos. Pero todo es por una simple razón, los hijos imitan a sus padres al igual que los empleados imitan a sus jefes. Un mal jefe crea malos subordinados en la mayoría de los casos, y los buenos empleados suelen ser punto de mira de estos incapaces jefecillos, donde ven a los buenos como posibles competidores y, por ello, tratarán de aniquilarlos, cueste lo que cueste. De igual forma, si miras fuera de los papeles a la realidad reinante, el organigrama no será correcto y la planificación estratégica y la formación a empleados serán puntos que brillarán por su ausencia. O sea los pilares sobre los que asentar una empresa con futuro será poco más que una fantasía. En esto me viene a la cabeza una auditoria que realicé en una empresa de más de 200 empleados. Al preguntarle a jefe de recursos humanos sobre la formación de los empleados me contestó que realizaban más de 100 horas al año en materias relacionadas con la calidad. Después hablando con los empleados de a pie me di cuenta de que ni siquiera sabían “de qué iba eso de la calidad”. Lógicamente para mí no fue una sorpresa y en ese momento esbocé una leve sonrisa. No hay peor cosa que mentir a quien intenta hacerte un favor, aunque hayas pagado por ello. Los jefes suelen vivir en Venus y sus empleados en Marte.
Cuanto más leo más sonrío. No es para menos. Aún sigo buscando esa empresa donde la gente vaya entusiasmada a trabajar, luche por su empresa y su empresa trate de arroparlo. Donde la inteligencia emocional, la planificación, la formación y la preocupación de los jefes por las personas que forman parte de esa organización sea una realidad más allá de un montón de papeles que desde luego no les llevará muy lejos. En fin, de utopías también se vive, como dice el cantautor.

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