Un ejemplo: La gerencia del estadio ha contratado a tres empresas (llamémoslas A, B y C) para que abastezcan de comida y bebidas a los 80.000 aficionados que abarrotan las gradas.
Cuando termina el partido, la empresa B ha ingresado cinco veces más que la empresa C, y el doble que la empresa A. Las tres disponían de un número similar de vendedores (en torno a 50), del mismo público (todo el estadio), de productos muy parecidos (refrescos, bocadillos, helados...) y de idéntico margen de tiempo para desarrollar su proceso de venta (unas dos horas y media). En igualdad de condiciones, ¿por qué la compañía B ha recaudado sustancialmente más que sus rivales? La respuesta está en cómo nuestra empresa ganadora ha enfocado el desafío:
- ¿Ha vendido más que las demás? Sí, pero sobre todo ha vendido mejor. Consciente de que no podía atender a 80.000 personas con sólo 50 empleados, ha decidido colocar sus productos más caros a aquellos afi cionados con mayor poder de compra.
- ¿Cómo ha sabido quiénes eran estos clientes acaudalados? Dividiéndolos por tipo de grada y entrada. Dedujo que en el palco presidencial y en las tribunas aledañas se concentraban los bolsillos más pudientes.
- ¿Cómo repartió a sus vendedores? Destinó una minoría a las gradas más privilegiadas; envió otros pequeños grupos a las categorías de asientos inferiores y reservó a aquellos vendedores que se manejaban en inglés para atender a los numerosos extranjeros presentes en el estadio.
El Customer Intelligence permite, en definitiva, responder a las preguntas existenciales de cualquier empresa competitiva: ¿Cuáles son mis clientes más rentables? ¿Qué clientes pueden irse a la competencia? ¿Cuáles estoy compartiendo con mis rivales? ¿A quiénes merece la pena fidelizar? ¿Dónde ubico mis oficinas? ¿Cómo hago que mi red de ventas rinda más y mejor?
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