Hace unos días me llamó la atención el anuncio que durante una semana había podido leer en algunos periódicos: “Trabaje desde su casa, disponiendo del tiempo que usted desee y gane más de 3.000 euros al mes”. La verdad es que también me sonaba que esto lo había leído en algún e-mail basura de esos que eliminas antes y piensas después.
Me pregunté: ¿A quien no les gusta ganar más de 3.000 euros al mes y desde su casa y encima dedicándole poco tiempo? Pues no se a ustedes, pero un servidor es victima de la codicia cotidiana y, mira por donde, este es el estimulo publicitario que necesitaba para responder de inmediato a tan destacada llamada.
Tras enviar un correo electrónico a la dirección que aparecía, me respondieron a los pocos días que diese de alta en una web, porque la información que me tenían que dar era confidencial y me la harían llegar a mi casa. Me remitían a una página web donde para darte de alta tenias que responder, con todo lujo de detalles, a la información que te demanda cualquier encuesta: Nombre, apellidos, dirección, sexo (si, claro), gustos, preferencias, estudios realizados, ingresos mensuales medios, … número de cuenta. … ¿ehhhhh?
¡Que curioso! – pensé. Para que querrán mi número de cuenta. Tal vez es donde me van a cargar los millonarios ingresos de los próximos meses. Cavilé.
Me di de alta con datos ficticios, claro, y esperé ese paquete que me explicaría ese negocio redondo.
Unos días después me encontré un sobre en el buzón sin ninguna identificación. Dentro contenía un libreto de pocas páginas que no me decía nada (muchas palabras, nada de contenido), excepto que era algo fácil, automático y con grandes beneficios. Lo que me indicaban era que si quería más información que pagase 29 euros y recibiría un cd-rom que me explicaría el negocio. Claro, me dije, si multiplicas 29 por todo aquel pobre hombre que está deseando hacerse rico por las buenas y pide el cd, vamos, estoy seguro que ya se habrá hecho rico el que inventó este negocio.
Como desde el principio desconfié de este, igual que desconfió de todo aquel que me quiere vender “duros a cuatro pesetas” intenté indagar aún un poco más, a ver si podía sacar algo más de información que desenmascarara a estos nuevos pícaros que utilizan las miserias ajenas para lucrarse. Llamé por teléfono a la responsable para que me aclarara esto. Después de hablar con ella durante 2 o 3 minutos me di cuenta que no me iba a dar la información que yo le solicitaba, así que abandone.
Lo único que pude sacarle era que era de una compañía americana (uh, que miedo) con 25 años de existencia, que factura 2000 millones al año (no me extraña) y que se encuentra en plena expansión (claro, normal, los tontos y los pobres aumentan, ya se sabe). Se dedicaba a varias actividades y no era un trabajo manual, sino automatizado e independiente. Es decir, que no te dicen nada. Me decía que al pagar 29 euros se aseguraban que la persona tuviese interés, que era un filtro. Me parece que 29 euros los tiene casi todo el mundo, así que más que eso me pareció una excusa para que se pagase.
Aquí queda la cosa. El que quiera saber más que pague. Tal vez se de cuenta tras ver el cd-rom que no le interesa el negocio y que invirtió 29 euros en nada. Bueno, pero seguro que hay personas que le agradecerán enormemente esta donación, pues ganar 29 euros al día no está nada mal, le servirá para contribuir al pago de un coche deportivo y una mansión en alguna urbanización mediterránea, cuyos vecinos de origen eslavo, toman el sol todo el día, junto a una piscina climatizada.
Y es que, por los casos que conozco, y son ya bastantes, el invertir en este tipo de negocios, al final cuesta dinero y provoca grandes dolores de cabeza cuando menos. Así que si le ofrecen un negocio de este tipo o de estructura piramidal, recuerde que lo que invierta debe de multiplicarlo por cero.
Me pregunté: ¿A quien no les gusta ganar más de 3.000 euros al mes y desde su casa y encima dedicándole poco tiempo? Pues no se a ustedes, pero un servidor es victima de la codicia cotidiana y, mira por donde, este es el estimulo publicitario que necesitaba para responder de inmediato a tan destacada llamada.
Tras enviar un correo electrónico a la dirección que aparecía, me respondieron a los pocos días que diese de alta en una web, porque la información que me tenían que dar era confidencial y me la harían llegar a mi casa. Me remitían a una página web donde para darte de alta tenias que responder, con todo lujo de detalles, a la información que te demanda cualquier encuesta: Nombre, apellidos, dirección, sexo (si, claro), gustos, preferencias, estudios realizados, ingresos mensuales medios, … número de cuenta. … ¿ehhhhh?
¡Que curioso! – pensé. Para que querrán mi número de cuenta. Tal vez es donde me van a cargar los millonarios ingresos de los próximos meses. Cavilé.
Me di de alta con datos ficticios, claro, y esperé ese paquete que me explicaría ese negocio redondo.
Unos días después me encontré un sobre en el buzón sin ninguna identificación. Dentro contenía un libreto de pocas páginas que no me decía nada (muchas palabras, nada de contenido), excepto que era algo fácil, automático y con grandes beneficios. Lo que me indicaban era que si quería más información que pagase 29 euros y recibiría un cd-rom que me explicaría el negocio. Claro, me dije, si multiplicas 29 por todo aquel pobre hombre que está deseando hacerse rico por las buenas y pide el cd, vamos, estoy seguro que ya se habrá hecho rico el que inventó este negocio.
Como desde el principio desconfié de este, igual que desconfió de todo aquel que me quiere vender “duros a cuatro pesetas” intenté indagar aún un poco más, a ver si podía sacar algo más de información que desenmascarara a estos nuevos pícaros que utilizan las miserias ajenas para lucrarse. Llamé por teléfono a la responsable para que me aclarara esto. Después de hablar con ella durante 2 o 3 minutos me di cuenta que no me iba a dar la información que yo le solicitaba, así que abandone.
Lo único que pude sacarle era que era de una compañía americana (uh, que miedo) con 25 años de existencia, que factura 2000 millones al año (no me extraña) y que se encuentra en plena expansión (claro, normal, los tontos y los pobres aumentan, ya se sabe). Se dedicaba a varias actividades y no era un trabajo manual, sino automatizado e independiente. Es decir, que no te dicen nada. Me decía que al pagar 29 euros se aseguraban que la persona tuviese interés, que era un filtro. Me parece que 29 euros los tiene casi todo el mundo, así que más que eso me pareció una excusa para que se pagase.
Aquí queda la cosa. El que quiera saber más que pague. Tal vez se de cuenta tras ver el cd-rom que no le interesa el negocio y que invirtió 29 euros en nada. Bueno, pero seguro que hay personas que le agradecerán enormemente esta donación, pues ganar 29 euros al día no está nada mal, le servirá para contribuir al pago de un coche deportivo y una mansión en alguna urbanización mediterránea, cuyos vecinos de origen eslavo, toman el sol todo el día, junto a una piscina climatizada.
Y es que, por los casos que conozco, y son ya bastantes, el invertir en este tipo de negocios, al final cuesta dinero y provoca grandes dolores de cabeza cuando menos. Así que si le ofrecen un negocio de este tipo o de estructura piramidal, recuerde que lo que invierta debe de multiplicarlo por cero.
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